Nada mejor para una empresa que tener personal que se sienta útil, valorado, satisfecho y feliz; esto repercute en la calidad del trabajo, el compromiso y el sentido de pertenencia por su marca y producto.
La mercaderista aún más que el producto, representa los valores de una filosofía corporativa y es la carta de presentación en almacenes de cadena, de alta y baja superficie, de ahí la importancia de un rostro cálido, servicial y de una apariencia impecable.
Respecto al trabajo en sí, dotar a las mercaderistas con el equipo adecuado para realizar su labor es una forma sencilla de motivar un trabajo bien hecho.
Primordial un uniforme atractivo con telas y diseños de calidad que permitan la fácil transpiración y que sean holgados para moverse con facilidad. No deben faltar los guantes, dulce abrigo, bisturí, tijeras, resaltadores, cinta adhesiva y ¡fundamental!, darle su propia máquina etiquetadora de precios, muchas veces, deben esperar a que el jefe de sección les facilite una y si hay más promotoras en espera por ella el retraso será evidente como también el incumplimiento de las rutas del día. Así que, dotar a las mercaderistas con los implementos necesarios para realizar su trabajo también agilizará las visitas programadas.
Como bien se sabe las mercaderistas están expuestas la mayor parte del tiempo al sol, la lluvia y agentes contaminantes; los empleados, valoran el interés que la empresa le da a su bienestar físico y emocional por lo que las chaquetas impermeables, los bolsos, las sombrillas y gorras corporativas deberían hacer parte de la dotación.